Buscar este blog

martes, 27 de diciembre de 2016

El misterio de la pirámide mexicana

El Centro Histórico consta de 668 manzanas, las cuales albergan unos mil 500 edificios catalogados con valor histórico. Allí hay muchos secretos y tesoros por descubrir. Debajo de las construcciones religiosas, civiles, asistenciales, administrativas y hospitalarias que fueron edificadas entre el siglo XVI y el XX en el corazón de la Ciudad de México, existen vestigios del pasado prehispánico y colonial, como los que se encontraron a cinco metros de profundidad en la calle de Argentina, y que dan cuenta de los restos de una pirámide mexica que formaba parte del conjunto ceremonial del Templo Mayor y que hoy se puede apreciar a través de dos ventanas arqueológicas. Los vestigios de ese basamento pertenecieron a una gran pirámide que formó parte de Tenochtitlán, la cual fue fundada en 1325 en un asentamiento lacustre de un pequeño islote y con el paso del tiempo se convirtió en la sede del señorío azteca. Este tipo de vestigios arqueológicos dan testimonio de lo que no pudo desaparecer Alonso García Bravo, al construir la nueva ciudad que sería sede de los poderes del Virreinato de la Nueva España. Quien camine por la calle República de Argentina podrá conocer ese basamento prehispánico que formó parte de los 78 edificios de la ciudad descrita por Bernardino de Sahagún, pero destruida y enterrada por los españoles. Los restos arqueológicos que se exhiben en las profundidades de la calle República de Argentina, entre San Ildefonso y Justo Sierra, fueron descubiertos por los especialistas del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Templo Mayor del INAH, que encabeza el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez. Los trabajos de exploración iniciaron en 2013 y 2014, debido a que el Gobierno de la Ciudad de México estaba llevando a cabo labores de rehabilitación en estas calles, que incluía el cambio de cableado eléctrico y el drenaje. Como norma, cuando se realiza una obra de esta envergadura los arqueólogos intervienen merced al programa de salvamento arqueológico para verificar si en los terrenos donde se pretende construir existen vestigios prehispánicos. De esa manera se encontraron con este enorme basamento piramidal con aproximadamente 40 metros de ancho, de norte a sur, y cuyo acceso era por el lado poniente, hacia lo que hoy es el Eje Central Lázaro Cárdenas, dice a MILENIO, el arqueólogo Raúl Barrera. "Se trata de uno de los edificios más importantes que formaba parte del recinto sagrado, ubicado al norte del Templo Mayor; presenta por lo menos cinco etapas constructivas, que puede ver el público si se asoma por la ventana arqueológica recientemente inaugurada". Los expertos desconocen a qué deidad estaba dedicada esta pirámide porque no se tienen los elementos arqueológicos para poder establecerlo, "pero en el futuro, con las investigaciones que se hagan, se podrá conocer a quién estaba dedicado este edificio". Barrera explica que dicho basamento no fue contemplado en la maqueta que diseñó el arquitecto Ignacio Marquina en los años cincuenta, donde se observa de manera monumental el Templo Mayor y varios edificios del recinto sagrado de Tenochtitlán. No obstante que la maqueta se ha ido actualizando con los hallazgos recientes, este edificio que ahora se exhibe en las ventanas arqueológicas no es mencionado en las fuentes históricas. Sin embargo, según Barrera, por sus dimensiones y ubicación debió ser uno de los más importantes de la gran Tenochtitlán. Etapas constructivas Los arqueólogos identificaron algunas etapas constructivas de lo que fue esa pirámide, hasta hace unos años no identificada dentro del gran recinto ceremonial mexica. Barrera sostiene que no se conocerán sus dimensiones exactas porque no pueden ampliar las excavaciones que los lleve al origen del basamento. "Encontramos por lo menos cinco etapas constructivas que presenta este edificio, que debieron haberse realizado de 1440 y hasta la época de la llegada de Hernán Cortés". Asegura que en esta exploración arqueológica no encontraron otros vestigios arqueológicos, ya que su estudio no estuvo enfocado a buscar ofrendas u otros objetos asociados al edificio, sino a conocer las características de esa pirámide y sus etapas constructivas. Claves Vestigios • Los vestigios de la pirámide descubierta en la calle de Argentina miden aproximadamente 40 metros de ancho, de norte a sur. • Sus dimensiones de este a oeste se desconocen porque se encuentran debajo de los edificios aledaños. • Dentro de las ventanas arqueológicas se puede ver un tubo de drenaje que data de la época del gobierno de Porfirio Díaz, que ha quedado también como un testigo histórico del desarrollo de la Ciudad de México.

No hay comentarios:

Publicar un comentario