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miércoles, 15 de marzo de 2017

El sacrificio y las guerras floridas

Los prisioneros tomados en las guerras floridas eran ofrecidos a Huitzilopochtli. Aunque se les ha atribuido mayor importancia de la que realmente tuvieron, tanto esas guerras floridas como los sacrificios asociados a ellas fueron parte de una estrategia política imperial que arrojaba beneficios concretos a quienes las llevaban a cabo.

Según descripción de fray Diego Durán, los prisioneros de las guerras rituales o guerras floridas (xochiyaóyotl) eran conducidos al Templo Mayor y, al llegar a la parte más alta, eran tomados por los sacerdotes, quienes los colocaban sobre la piedra de sacrificios para extraerles el corazón, que ofrendaban a Huitzilopochtli. Los cuerpos de los prisioneros eran lanzados por las escaleras, y sus captores los recogían y se los comían como parte del ritual.
La idea de numerosos sacrificios humanos y ritos de guerra entre los aztecas ha estado presente en la imaginería popular. Sin embargo, las interpretaciones de las guerras floridas realizadas en nuestros días son exageradas, pues parten apenas de unas cuantas descripciones históricas, por lo que hay razones para dudar de ellas. Los cautivos de las guerras floridas sólo participaban en algunos ritos aztecas. No participaron, por ejemplo, en la ceremonia más fastuosa y conocida: la nueva dedicación del Templo Mayor (l487). en la que se sacrificaron entre 10 000 y 80 400 personas. Los prisioneros de las guerras floridas representaron sólo una pequeña parte entre los sacrificados por los aztecas y de ninguna manera un número excepcional.

Artículo completo en Arqueología Mexicana

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